VENGO DE UN PEQUEÑO PUEBLO DE UN REMOTO LUGAR…

Hace poco recibimos una llamada especial: una joven nos contaba su historia y quería compartirla.

Ella procedía de una familia subsahariana. Con tres años llegó a la Comunidad Autónoma Vasca. Actualmente cursa estudios de 4º ESO. Quiere ser médica.

Contaba que a lo largo de su vida había pasado por situaciones difíciles: la primera, darse cuenta de que era diferente a los demás: el color de la piel, la ropa, los hábitos que la inculcaban en la familia… Dice que el profesorado ayudó mucho a que sus compañeros y compañeras aceptaran esa diferencia como una más, con naturalidad y que se fijaran en todas las cosas en común que tenían y les unían.

Pasaron los años con sus más y sus menos, llegó la ESO, otra situación difícil. Allí es donde te das cuenta de que tienes amigos y amigas para siempre. Otros, en cambio, se pierden por el camino  y también aparecen personas nuevas que enriquecen tu vida. Y este es el punto importante que ella quería que remarcáramos: el enriquecimiento.

Están tus compañeras y compañeros, que más o menos desde los dos años, van creciendo y desarrollando sus propios gustos e intereses y descubres que coincides con ellos y ellas, o no, pero ahí están, amigos, porque lleváis tantos años juntos…, desde siempre.
Y están los que aportan la novedad, las personas desconocidas que se sientan junto a nuestro pupitre, con el mismo miedo y la misma inseguridad, la misma sensación de ser observados, juzgadas… quienes aportan nuevos puntos de vista, nuevas o viejas preguntas: “¿De dónde eres? ¿Naciste aquí? ¿Cuál es tu religión?” Y vuelven los temores a convertirse en la rara, en la de fuera, la persona a la que se excluye… . Pero a ella, ante esta situación, se la ocurrió aportar su novedad, una idea que la rondaba desde hacía tiempo: compartir la posibilidad de “montar un viaje cuando “seamos mayores”, aprovechando que tengo allí familia que nos pueda buscar alojamiento y servir de guías para que conozcáis el maravilloso, diferente, exótico lugar en el que nací.”

¿Os imagináis? Esa sí que es una experiencia enriquecedora: tener junto a ti a alguien que sepa valorar lo que tiene y que quiera compartirlo con los demás.
Y esta es, más o menos, algo cambiada para que no la reconozcáis por los pasillos del instituto, la historia que ella quería compartir con todas y todos vosotros. Las amistades antiguas, dan seguridad y las nuevas, plantean nuevos retos y enriquecen la relación. Seguro que podéis sacar muchas más conclusiones de esta historia.. A veces hay que echarle valor e imaginación.

GRIS. Alconero.

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