(Este es el relato de una niña de 13 años)
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«Pensaba que no iba a ocurrirme nunca. Todas mis amigas hace tiempo que la han tenido y a mi, me daba hasta vergüenza decir que no, que todavía na de na…
Fue el lunes pasado, estando en la calle con mis amigas que sentí una sensación de mojado, como si me hubiera meado. Rápidamente me metí en un baño, me bajé el pantalón y la braga y vi. que de meada nada. Era la regla. Vendita reglita mía, ¡¡¡cuanto me gusta tenerla y sentirme mas…tu ya sabes; pues eso: más!!!
Llamé a mi ama a la velocidad del rayo. Tenía que contarle de lo mió y que ya éramos más iguales, todavía; aunque todo el mundo dice que me parezco mucho a ella, pero bueno…, ahora más.
Se puso muy contenta y me dijo que me acercara a casa y me pusiera una compresa de las que ella ya me había hablado y que las teníamos guardadas para cuando llegara la ocasión.
A mi no me dolió. Igual será que tenía ganas de tenerla. No se»