La Píldora del Día Después

Chavalas preocupadas por el tema de la píldora del día después… Sí, las hay, claro. Y nos llaman. Las hay que se preocupan por informarse antes de tomarla, las que lo hacen tras hacerlo y las hay que no se preocupan en ningún momento pero a las que, igualmente, estas líneas les pueden venir bien.

Habría que empezar diciendo algo así como «cuidadito con la dichosa pirula«, ya que no es un juego sin más. Es un anticonceptivo hormonal que, si lo necesitas, CUALQUIER MÉDICO PUEDE RECETARLO, PERO HAY QUE USARLO DE FORMA EXCEPCIONAL. La píldora del día después es un método anticonceptivo de emergencia y, por ello, no debe usarse como método anticonceptivo habitual.

Más cosas: NO PROTEGE CONTRA EL SIDA, ni contra otras enfermedades de transmisión sexual (E.T.S.). El preservativo es el único anticonceptivo planificado que previene las enfermedades de transmisión sexual, incluído el SIDA, y evita el embarazo.

Para las relaciones sexuales con penetración hay que prepararse y por ello se recomienda el uso regular de alguno de los métodos anticonceptivos existentes, el que mejor se adapte a tus circunstancias personales: edad, frecuencia, tipo de relaciones, entre otras.

Y para elegir el método anticonceptivo adecuado, debemos acudir al ginecólogo.

No sé si a vosotras o vosotros se os ocurre alguna cosa más al respecto… Si es así, esperamos vuestras sugerencias en el espacio destinado a los comentarios.

¿Lo Digo o No lo Digo?

InterroganteHace ya unos meses, escribíamos una entrada en este mismo blog titulada «¿Lo Hago o no lo Hago?» en la cual presentábamos la disyuntiva que muchas chicas y chicos nos suelen plantear en el 116.111 respecto a la primera vez o las dudas que les surgen sobre la pérdida de la virginidad.

Hoy volvemos con otra pregunta que nos solemos encontrar en Zeuk Esan: ¿Lo digo o no lo digo? La diferencia es que, en este caso, la pregunta sirve para distintas situaciones, a saber:

¿Le digo o no le digo a mis padres que me estoy embarazada? Sí, son muchas las llamadas de chicas que dicen haber quedado en estado y que, amén de la preocupación por este hecho, les agobia la idea de tener que contárselo a sus progenitores. En estos casos, aún entendiendo que es difícil, solemos aconsejar que lo hagan: van a necesitar todo el apoyo de la familia para pasar este proceso, además de que, físicamente, tarde o temprano (si es que deciden seguir adelante con el embarazo) se les va a acabar notando.

¿Le digo o no le digo a mis padres que he suspendido seis? Otro clásico: un chaval o una chavala que, ante los malos resultados académicos, tiene el temor de la reacción de su ama o su aita en casa; aún dejándoles a ellas o a ellos la responsabilidad de decidir qué hacer, les planteamos las consecuencias que puede acarrear si se toma un camino u otro y les hacemos ver que es muy posible que sus padres se acaben enterando desde el instituto de estos resultados y, por tanto, el enfado puede ser mayor si ellas y ellos lo ocultan desde el principio. Además, les hacemos ver que dicho ejercicio conlleva asumir responsabilidades.

¿Le digo o no le digo a mi chico o a mi chica que creo que me gusta otro u otra? Ay, las dudas amorosas… Sea en la adolescencia o en la adultez, estas dudas emocionales son muy habituales. Nuevamente, la decisión le corresponde al chaval o la chavala que está al otro lado del teléfono… Sí les pedimos que consideren si se engañan a sí mismos, si engañan a su pareja, que evalúen cuánto daño se pueden hacer si no lo dicen, etc…

En todos los casos, reconocemos que no hay respuestas fijas, que puede haber un montón de condicionantes que lleven a tomar una decisión u otra y es por ello que lo que hay que hacer es pensárselo bien antes de decir una cosa u otra. Por ello, también les felicitamos por el hecho de acudir a nuestro servicio en busca de ayuda. De esta forma, demuestran que se lo toman en serio y que lo están reflexionando.

¿Y vosotras y vosotros?, ¿qué les diriáis en las situaciones anteriormente descritas?