A raíz de la canción de Melendi…

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Hace unos días recibimos un correo de una chica de Bizkaia que nos pedía que publicáramos esto en el blog, para que lo leyerais todos, y sentir que hacia algo para ayudar…

Hola chic@s, soy Nekane, quería contaros una pequeña historia, de miedo, pero con final feliz… Una historia, para mí, que trata un tema del que parece estar prohibido hablar… Bueno al grano….

Hace unos meses, mi mejor amiga y yo estábamos en la plaza donde solemos quedar para comer cuatro pipas, con el you tube a tope, escuchando a Melendi, que nos encanta…

Pues resulta que entre la lista de reproducción, salió la canción de “La tortura de Lyss”, que trata el tema del abuso sexual de un padre a una hija, es muy fuerte… Yo, que enseguida me revoluciono, empecé a soltar sapos y culebras en contra de ese padre que robó la inocencia de su hija.

Enzarzada en mi monólogo, mi amiga se quedó blanca y la verdad que con lo burra que soy… ¡no me extrañó! Pero rompió a llorar desconsoladamente y como pudo me dijo: “Confío mucho en ti, espero que jamás lo cuentes, o no se lo que te hago…” ¡Y ahí soltó la bomba! que desmontó todo lo que yo creía que sabía de mi amiga, me emocioné tanto con ella, la abracé con todas mis fuerzas, me dejó sin palabras…

Mi amiga y su hermana habían sufrido abusos por parte de su padre; la situación, gracias a Dios, al destino o al médico, se detectó en una revisión de la pequeña. Por eso vivían con sus abuelos. Ahora ella es mayor y dice que el psicólogo le ha ayudado a ir reconstruyendo todo aquello que vivió, que de alguna manera, va curando esa herida que tiene, y hoy, se siente mucho más fuerte aunque no puede olvidar…

A raíz de esto leí mucho intentando ayudar a mi amiga, buscaba un manual de instrucciones que yo pudiera utilizar y no existe, pero sí muchos profesionales que pueden ayudarle…. Yo tampoco puedo ayudarle a olvidar. Ella dice que se siente muchísimo mejor desde que me lo contó, desde que compartió su secreto con gente en la que confía y eso no sabéis cuánto me alivia.

Hay muchos más casos de los que imaginaba, un 20 % de las personas sufre abusos en la infancia, que lamentablemente son difíciles de detectar y pasan desapercibidos, porque se dan dentro de familias. Muchas veces incluso la madre es consciente del abuso y no lo denuncia, como ocurrió en el caso de mi amiga. Los niños y niñas no tienen la capacidad para evitarlos porque son coaccionados por los adultos que deben protegerlos…

Depués de leer esto, desde Zeuk Esan queremos animaros a que ROMPÁIS EL SILENCIO y a que si conoces a alguien que sufra o haya sufrido abusos nos llaméis al 116.111 para que podamos ayudarle. Si eres tú quien ha sufrido abusos sexuales, no te lo guardes más, contarlo es el primer paso, es difícil pero hay mucha gente que te comprenderá y te ayudará, no tengas miedo porque NO ESTÁS SOL@. ¡Mucho ánimo y fuerza de nuestra parte!

¿Por qué discuto tanto con mis padres?

Si tienes entre 13 y 18 años dirán que eres adolescente. No eres un niño/a, pero tampoco un adulto. ¿No? Ya te llegará, porque a todos/as llega.

Tienes tus propias ideas, opiniones y a veces, tu padre o tu madre te pueden parecer unos «carcas» y que están desfasados. A mi me pasaba lo mismo; créeme. Pensaba que me no me entendían y que no hacían más que “comerme la oreja”; siempre recordándome lo que no hacía, lo poco que estudias y bla, bla, bla.

¿Sabes lo que pasa? Están “pillaos” y no saben cómo entenderte…, porque tu estás cambiando y ellos/as siguen igual. Ellos sabían cómo tratarte cuando eras un niño/a, pero tu ya has dejado de serlo y…, tienen que aprender. Aprender, ¿aprender?

Ya no eres el/la mismo/a y necesitan tiempo para enterarse, para hacerse a la idea. ¿No te parece? Ya no basta con que te manden “haz esto o haz lo otro”. Tienen que aprender a hablar de otra manera contigo.

¿Les puedes echar un capote para que sea más fácil?.Estoy seguro de que puedes conseguir llevarte bien con ellos, pero ellos también necesitan que tengas paciencia.

Si sales de noche, es fácil que se coman la cabeza. ¿Con quienes andará, qué hará, empezará a fumar, beberá litronas, se enrollará con alguno/a, irán en coche a tal fiesta? Te darán mil consejos y tu …vale, vale, que si que ya te he oído…joe, que peñazo y tal y tal.

Si suspendes más de la cuenta, tendrán miedo de que dejes los estudios, que no te importe nada y pases de todo. Entones, te presionan para que te pongas las pilas y puede que no te guste lo que te digan o cómo te lo dicen.

Si no les hablas, pensarán que tienes algún problema y que no confías en ellos. Puede que se pongan pelmas y pregunten, pregunten y pregunten…y tú explotes, discutáis y la cosa empeore. En fin, ¿te suena todo esto? Igual si, ¿no?

¿Cómo solucionarlo?
Creo que te toca hacerles ver que pueden confiar en ti. Tienes que demostrarlo. Puedes hacerlo? ¿Cómo lo puedes hacer? Hablando y con hechos.

Hablar, no supone estar todo el día explicándoles tu vida, no. Hablar supone, hablar…de buen rollo, sin más y llegar a acuerdos. Ni tuya, ni mía. Si te piden dos horas de empolle y tu les dices que con una ya vale, pues que sean una y media. Si sales de fiesta y te dicen de llegar a casa a la una y tus les dices que a las dos, pues nada, una y media y a correr…y así con todo. Hay que negociar, es importante.

¿Y que es eso de los hechos? Que cuando digas que vas a hacer una cosa, pues lo cumplas, sin más…también. Así se consigue la confianza: hablando y con hechos.
Palabra de ex-adolescente.