«Cuentapenas»

– ¡Hola! ¿Es el Cuentapenas?
– No, aquí no contamos ninguna pena, pero te escuchamos.

Hemos de reconocer quienes  atendemos el Teléfono 116.111, que no sabemos muy bien cómo ha surgido eso de que nos llamen «Cuentapenas«. Tampoco sabemos si son algunas cuadrillas concretas las que nos llaman así o es algo bastante extendido entre muchas de las chavalas y chavales que se ponen en contacto con nosotros/as. El caso es que se nos conoce así y, en cierta forma, nos hace gracia.

Entendemos que, al final, es una forma en la que las chicas/os identifiquen una de las características de Zeuk Esan, es decir, el relativo al ser un espacio en el que la gente llame para contar sus penas. Y, efectivamente, entre otras funciones, el número 116.111 sirve para que la gente pueda desahogarse.

Curiosamente, existe una historia Maya que habla de unas pequeñas muñecas mágicas, hechas de madera con ropa de algodón y cara de cartón (en la foto), las cuales suelen guardarse en una cajita de madera o un saco pequeño. Esta leyenda dice que, cuando estamos afligidos o apenadas, cogemos una muñeca a solas y les contamos las penas o preocupaciones que nos inquietan. Una vez haber hecho ésto, la colocamos debajo de nuestra almohada y, a la mañana siguiente, las penas que nos afectaban habrán desaparecido, gracias a su magia. Como ya habréis adivinado, a estas muñecas se las conoce como «Cuentapenas«.

Después de descubrir esta historia maya, no sabemos si el mote de «Cuentapenas» nos lo habrá puesto algún chico o chica de México, pero el caso es que, al fin y al cabo, parte de lo que las/os profesionales de Zeuk Esan hacemos se parece a lo que hacen estas muñecas, es decir, escuchar y, si se puede, conseguir que la persona que se encuentra al otro lado del teléfono se quede un poco más tranquila después de compartir sus preocupaciones.

Con todo, sirva este post para hacer un guiño a todas/os los que nos llaman «Cuentapenas». Que sepan que nos parece bien que nos conozcan de este modo y que «El Cuentapenas», está al otro lado del 116.111 siempre que lo necesiten

La Broma Telefónica

– ¿Ahí lavan la ropa?
– No.
– Pues vaya guarros.

– Sí, hola. Quería una pizza de jamón, con champiñones y doble de queso.

– Sí, es que tengo un problema. Estoy viendo un Pikachu delante mío…

La Broma Telefónica… Y etc, etc… Sí, de entre las muchas llamadas que recibimos al 116.111, atendemos algunas de broma. Es algo con lo que ya contábamos. El género de la broma telefónica ha existido desde siempre y hemos de confesar que algunos de los que trabajamos en Zeuk Esan, también gastamos alguna cuando éramos adolescentes.

Lo mejor es que muchas de esas llamadas que las chicas y chicos hacen son rescatables. Es decir, lo que empieza siendo una forma más que ellos y ellas utilizan para pasar el rato acaba, a menudo, en una buena conversación, en un diálogo en el que pueden llegar a aparecer cuestionas que preocupan a los bromistas.

Asimismo, también se han dado otras en las que, aunque en ese momento no se haya podido rescatar nada, en algún otro día posterior alguno de los chavales y chavalas llaman cuando están solas o solos porque, mediante la broma, han comprobado que se les escucha.

Y es que otra de las características comunes de las bromas telefónicas es que, normalmente, se hacen en grupo. Los y las que se atreven a ponerse al otro lado del auricular cuentan con un público que les aplaude y les ríe las gracias que se han inventado.

Desgraciadamente, también nos hemos tenido que encontrar con llamadas malsonantes, basadas en el insulto y la falta de respeto, de las que no merece que se diga nada más. Afortunadamente, son las menos.

Con todo, sabemos que seguiremos recibiendo llamadas así, pero también sabemos que seguiremos escuchándolas porque no sabemos cuándo, en alguna de ellas, puede haber una chavala o un chaval que, indirectamente, está pidiendo ayuda o, simplemente, ser escuchada o escuchado.