«Yo sé quién soy»

¿Sabes quién eres?, ¿qué es lo que te define?, ¿cómo te describirías?, ¿en qué forma lo harías?, ¿qué canal utilizarías?

No es fácil dar respuesta a esas preguntas, quizá y sobre todo, a la primera de ellas. Nos cuesta a todas y a todos pero creemos que aún puede resultar más complicado a las y los adolescentes por una mera cuestión de carácter evolutivo: es en esa etapa, en la adolescencia, cuando se supone que se está definiendo la identidad de cada uno, de cada una.

No se quiere ser, pues, «otro del montón» porque, muchas veces, simplemente, «no me va tu rollo». De lo que se trata, tanto en esa época como en cualquier otra pero, sobre todo en ésa, es «disfrutar del tiempo» y «no hacerse el tonto, porque sabes tanto como yo». Porque, en definitiva, «nada es lo mismo» y, por tanto y volviendo al principio, preguntarse quién eres, de dónde vienes, cuántos años tienes («16 years old»), saber qué es lo que buscas, aunque cierres los ojos, aunque te cierren todas las puertas.

Y todo ello, aunque cueste, sacando «mi estrés», siguiendo paso a paso, hablando «de lo que viene y no de lo que se fue», llorando, si hace falta, y sin que importe, «esperando mi momento para salir y mostrar lo que siento»… porque sólo hay una vida, una oportunidad y hay que seguir intentándolo…

«I know who I am». Yo sé quién soy.

Andomagu Fullmoon lo intenta. Trata de responder a esas cuestiones de más arriba. Lo hace escribiendo letras e interpretándolas a ritmo de rap. Adomagu Fullmoon es un adolescente que intenta contestar a todo ello analizando, haciendo hincapié en un montón de aspectos, todos ellos reseñados en los párrafos anteriores (los fragmentos entrecomillados son literales) Y concluye que sabe quién es, aunque, por lo que deja entrever, no se cierra a que esa propia autopercepción pueda cambiar con el paso del tiempo.

Andomagu Fullmoon es un adolescente del que hoy nos valemos (de su canción, «I know who I am») para ahondar en la visión de un chico de 16 años sobre sí mismo y su entorno. Un imponente ejercicio artístico que queremos compartir con vosotras y vosotros porque creemos que, escuchando este tema, como mínimo, le daremos un poco al cerebelo.

Una Historia sobre Cómo afecta la Crisis a los más Jóvenes

La crisis. No paramos de oír hablar de ella, aunque, muchas veces, a través de conceptos que cuesta entender: prima de riesgo, recapitalización, rescate, deuda pública, etcétera. Algo que a muchas de las niñas y niños, a muchos de los adolescentes con los que hablamos en Zeuk Esan les suena a chino. Y reconozcamos que a muchos de los adultos también.

El caso es que, la entendamos mejor o peor, lo que está claro es que la situación que nos toca vivir se deja notar. Gente en paro, preocupaciones por las apreturas económicas y demás. Y claro, esto también afecta a muchos chicos y chicas, de muy diversas maneras. Así, por ejemplo, según Unicef, son 2,2 millones los menores que viven en una situación de pobreza en España a consecuencia del contexto económico. Dramático.

Además de datos de ese tipo, existen, evidentemente, historias personales y particulares derivadas de la crisis entre los más jóvenes. Hace poco nos llamó un chico de 16 años. Vivían en casa él, su hermano de 7 años y su padre, quien llevaba ya en paro una larga temporada. Este hecho originaba, tal y como nos relataba, que su aita tuviese que pasarse mucho tiempo en la calle «buscándose la vida» y, ante dicha situación, a él le tocaba responsabilizarse del cuidado de su hermano pequeño, lo cual provocaba que pasase la mayor parte de su tiempo con él.

Comentó que no tenían a nadie más que pudiese hacerse cargo del niño y tampoco tenían posibilidades para poder pagar a alguien que se encargase de tal función… Y el chaval, en definitiva, llamaba agobiado porque necesitaba su espacio, necesitaba poder estar a solas con sus amigos y amigas, necesitaba poder comportarse, aunque fuese en algún momento del día, como lo que era: como un chico de 16 años, con sus inquietudes e intereses.

Además de escucharle, desde Zeuk Esan le valoramos mucho lo que estaba haciendo y, obviamente, reconocíamos sus deseos. Le apoyamos y le dimos algunas pautas para poder buscar algún apoyo externo, junto a su padre, para que se les echase un cable y así él, dentro de lo que cabe, pudiese tener un espacio propio.

Con esta historia, queremos tratar de concienciar sobre cómo la crisis afecta a un montón de chavales y chavalas en situaciones de este tipo. Lógicamente, cuando las cosas vienen así dadas, toda la familia tiene que arrimar el hombro, pero las quejas y el agobio de este adolescente eran absoultamente comprensibles. Sea como fuere, por este ejemplo y por otros muchos que seguro conocéis, no nos olvidemos de los menores de edad, paganos y paganas de una situación en la que ellos y ellas no han tenido nada que ver y que, sin embargo, están sufriendo como muchísima otra gente inocente.

Vosotras y Vosotros tenéis el Poder

¿Os acordáis cuando las y los que ahora tenemos entre 30 y 40 años ayudábamos a nuestras madres y padres a configurar el vídeo VHS (puede que incluso hasta el Beta) en casa? Si echamos la vista aún más atrás, seguro que nuestras amas y aitas también se esforzaron en señar a nuestros aitites y amonas el uso del teléfono, ¿no?

Lo que queremos decir con ésto es que cada época trae un avance tecnológico concreto y, en cada caso, una nueva generación viene ya preparada, casi de serie, a controlar estas nuevas (pronto viejas) tecnologías. La chavalería de ahora maneja de cine todo lo que tiene que ver con Internet, móviles, Tablets, etcétera…

Las y los adolescentes de hoy se mueven (os movéis) como Pedro por su casa en las redes sociales, en los blogs y demás zarandajas… Y las personas adultas queremos participar de estos revolucionarios medios, por lo que… ¡quién mejor que vosotras y vosotros para que nos echéis un cable!

Vosotras y vosotros tenéis el poder y la autoridad, aunque sea por un rato, de guiar a vuestras amas y aitas en estas cosas de forma que, por un rato, cada parte verá qué se siente al intercambiar los papeles por unas horas. Probad, animad a las personas adultas de vuestro alrededor; madres, padres… Sentaos con vuestras hijas e hijos y dejad que ellos y ellas os guíen. Es una gran oportunidad en todos los sentidos.

PD: y este mensaje no sólo lo decimos en Zeuk Esan, ¿eh?