– ¿Ahí lavan la ropa?
– No.
– Pues vaya guarros.– Sí, hola. Quería una pizza de jamón, con champiñones y doble de queso.
– Sí, es que tengo un problema. Estoy viendo un Pikachu delante mío…
… Y etc, etc… Sí, de entre las muchas llamadas que recibimos al 116.111, atendemos algunas de broma. Es algo con lo que ya contábamos. El género de la broma telefónica ha existido desde siempre y hemos de confesar que algunos de los que trabajamos en Zeuk Esan, también gastamos alguna cuando éramos adolescentes.
Lo mejor es que muchas de esas llamadas que las chicas y chicos hacen son rescatables. Es decir, lo que empieza siendo una forma más que ellos y ellas utilizan para pasar el rato acaba, a menudo, en una buena conversación, en un diálogo en el que pueden llegar a aparecer cuestionas que preocupan a los bromistas.
Asimismo, también se han dado otras en las que, aunque en ese momento no se haya podido rescatar nada, en algún otro día posterior alguno de los chavales y chavalas llaman cuando están solas o solos porque, mediante la broma, han comprobado que se les escucha.
Y es que otra de las características comunes de las bromas telefónicas es que, normalmente, se hacen en grupo. Los y las que se atreven a ponerse al otro lado del auricular cuentan con un público que les aplaude y les ríe las gracias que se han inventado.
Desgraciadamente, también nos hemos tenido que encontrar con llamadas malsonantes, basadas en el insulto y la falta de respeto, de las que no merece que se diga nada más. Afortunadamente, son las menos.
Con todo, sabemos que seguiremos recibiendo llamadas así, pero también sabemos que seguiremos escuchándolas porque no sabemos cuándo, en alguna de ellas, puede haber una chavala o un chaval que, indirectamente, está pidiendo ayuda o, simplemente, ser escuchada o escuchado.