Hace unos meses llamó a Zeuk Esan, al Teléfono de Atención a la Infancia y a la Adolescencia (116.111), Igor (nombre ficticio), de Gipuzkoa, de 17 años y lo primero que nos dijo fue: “Mi novia me ha dejado, tampoco tengo amigos en los que confiar y me paso el día discutiendo con mi madre, mi vida es una mierda…”.
¿Cómo un chico de esa edad suelta un mensaje tan negativo al poco de que le descolguemos el teléfono? Igor comenzó relatando su historia…
Nos contó que empezó con Naroa, su novia, hace dos años. Según dice, ella le ha dejado porque él había cambiado mucho y le acusaba de estar todo el día enfadado y porque sentía que Igor mentía y porque solo le veía en clase, los días que iba al insti… Igor admite que algo de razón llevaba Naroa….
Ante lo relatado nos preguntamos por qué mentía y dedicaba menos tiempo a su novia, por qué su carácter había cambiado y por qué no iba a clase…
El chaval confesó que sus amigos pasaban de él, que salen y no le avisan y que alguno, al parecer, tenía motivos para estar enfadado porque le había pedido bastante dinero y aún no había podido devolvérselo… Igor reconocía con tristeza que ahora sólo hay dos con los que hablaba algo por Whatsapp.
Una vez más tocaba preguntarnos por qué creía él que le da la espalda su cuadrilla de siempre y a ver qué era eso de deber “bastante dinero”… Necesitábamos, en definitiva, que este adolescente fuere respondiéndonos y, por tanto, respondiéndose a sí mismo.