El otro día vino mi madre toda preocupada con cara de echarme sermón. Y vaya si me me lo echó!!!.
Resulta que había visto a mi amiga Sonia fumando. Claro, ya me tuvo que soltar el rollo de ”no fumar, que es la droga más adictiva que existe y de las más perjudiciales. Yo cuando empecé no sabía dónde me metía pero, no lo hagáis vosotros que tenéis toda la información, porque cuesta mucho dejarlo y hay gente que no lo consigue”.
También me dijo que no iba a decirles nada a los padres de esa niña, pero que a ella sí la había dado un toque.
Mi madre tiene esos puntos de enrollada, que las echa a mis amigas el sermón, pero no se chiva.
Yo lo entiendo. Ella dejó de fumar cuando se quedó embarazada, por convencimiento: fumar es malo para el que fuma, malísimo para el fumador pasivo que no tiene culpa y nefasto en los fetos y luego bebés, porque dificulta el desarrollo y tiene consecuencias negativas en la salud.Además sale carísimo y mancha los dientes y te huele el aliento a cenicero.
Bueno, que ella tiene buena intención, y me dio mucha pena ver la cara que se la quedó cuando la dije que, a Sonia, el tabaco se lo compra su madre a escondidas de su padre que las mataría si se enterara.
La verdad es que no me extraña que la gente salga como sale, con unas pedradas….porque a ciertos padres y madres debieran quitarles el carné, o hacerles un examen de capacitación.
Mi hermano dice que ese tipo de padres y madres hacen buenos a los nuestros, que están todo el día metiéndose en nuestras vidas, pero que así sabemos a qué atenernos, porque son consecuentes con lo que predican. Y además te puedes fiar de ellos, porque si mi madre miente a mi padre ¿De quién me voy a fiar yo?