Aquí os compartimos las palabras de un chico que nos llamó la semana pasada al 116111. Me gustó la historia y los valores de amistad de las que nos habló. Más o menos fue así:
«¡¡¡Por fin me voy al pueblo!!! Aunque este año al principio no me hacía mucha ilusión, ahora estoy encantado, porque esta vez va a ser diferente: me llevo a mi amigo Víctor.
Es uno de mis mejores amigos y le he hablado mucho de toda la cuadrilla del pueblo. De cómo es cada cual, de las salidas en bici que hacemos, de los chapuzones y risas en el río gélido que pasa muy cerca, de la chica con la que siempre he soñado… Quiero que conozca esos rincones que yo conozco desde pequeño, donde teníamos aventuras, donde nos juntábamos a contar chistes, donde nos escondíamos, donde nos dimos el primer beso…
La cuadrilla del pueblo es muy especial. Sus padres y madres y los míos tienen una buena amistad desde que éramos pequeños. Por eso somos cuadrilla, porque nos sacaban a pasear de pequeños a todos y todas en grupo (como no se cansan de repetir «los viejos»).
Pero eso no es lo especial, sino que cada cual somos de una madre y un padre diferentes, vivimos en distintas partes de la península, alguien nació fuera de ella y por eso también somos de todos los colores, y nos llevamos de maravilla. Estoy seguro de que si viviéramos en la misma ciudad, las cosas no serían iguales, pero cuando llegamos allí, es como si cada cual pudiera ser él mismo, ella misma, como que no necesitas mantener la máscara de todos los días. Lo que tenemos es amistad de la de verdad y me gustaría que Víctor viera y compartiera eso conmigo.
Lo malo va a ser que va a tener que compartir también a mi padre, mi madre, mi hermana, mis tíos, mi abuelo y a mi abuela, los follones de la comida y el cuarto de baño único pero amplio. ¡Compartir mis amigos con él bien se merece un poquito de incomodidad!»