Todos y todas tenemos nuestras capacidades y nuestras habilidades para todo, ¿no? También para relacionarnos. Unas somos más tímidas y otras más abiertas. Osea, a unas nos cuesta más hacer amigas y amigos y a otras menos. Poco a poco, nos vamos adaptando y, al final, acabamos encontrando los trucos para sentirnos aceptadas, para sentirnos dentro de un grupo.
El caso es que algunos de esos trucos, en un principio, te proporcionan el objetivo que buscas, osea, el ser popular, el que la gente te admita, que hable de ti, etc… Pero, a veces, a la larga, estos trucos se pueden volver en tu contra.
Eso es lo que le ha pasado a una chavala que conozco del barrio. La conozco desde pequeña y la verdad es que siempre ha sido muy tímida, muy cortadita y le costaba hacer amigos. Pero eso fue así hasta que llegó a la adolescencia.
Fue entrar al insti, empezar a desarrollarse, a mejorar su aspecto y empezar a sentirse mejor consigo misma. Es verdad que la tía es muy guapa y eso le hizo popular: las chicas querían estar con ella porque, al ser tan deslumbrante, los chicos se acercaban al grupo donde se encontrara esta chica.
Me da la impresión que ella se empezó a sentir a gusto con esta situación y se le empezó a ir un poco de las manos. Así, empezó a enrollarse con un montón de tíos. Además, si le gustaba uno iba donde él, sin importarle que, por ejemplo, estuviese saliendo con una amiga o una conocida y también se liaba con él. Quería más y no se preocupó de cuidar lo que ya había conseguido.
Poco a poco ésto ha hecho que la gente le haya ido cogiendo manía y que, también es cierto, le hayan empezado a tratar de forma desagradable, no sé si me pilláis… Al final, después de haber tocado el cielo, siendo la chica guapa y popular del insti, vuelve a estar sola, sin amigos y amigas y limitándose a salir los fines de semana con sus padres.
Vuelvo a lo mismo: está bien que sepamos sacarnos partido, que busquemos esos trucos o habilidades para relacionarnos, pero hay que pensar en las consecuencias que pueden tener esos atajos. Creo que esta chavala no los pensó y así le ha ido. Supongo que ahora lo que toca es que alguien le ayude a buscar otro camino para que vuelva a tener unas relaciones normales con la gente de su edad, ¿no?